Sopla las velas con fuerza,
Dulces dieciséis.
Vuelves a ver tu pasado
Durante el telediario,
Y juras que en ninguna parte
Como en tu pared
Salen noticias más bellas
Que nadie puede leer.
Sales a la calle
Pero insistes en creer
Que la acción está en un libro
De los que casi nunca lees.
Y sientes esa angustia,
Casi artificial,
De adolescente vieja.
Pide otra cerveza.
Y te vas a Sanilde
O tiras de Malasaña,
A sentirte libre,
Un poco mayor también.
Sueñas con misiles
De carne. Dulces dieciséis.
Quemas las suelas de las botas
Grandes para tus pies.
Y tu mente
Vuela en un espacio sideral,
Irreal.
Y tu aullido
No lo deben escuchar
Jamás.
Jamás.
Orina sobre el escapulario
De tu juventud.
Mezclas ritos y flujos
En calles con poca luz.
Y sigues sintiendo eso
Que se llama amar
Por un iluso perfecto
Que no quiso entrar
En tu mente.
Vuela en un espacio sideral,
Irreal.
Y tu llanto
No lo deben enjugar
Los demás.
Ya no más.
Posas en tu planeta
Particular
Y escribes de los ochenta
Muy natural.
Una bomba atómica que está
A punto de estallar,
Eliges artificieros
Para desarticular
Tu mente.
Vuela en un espacio sideral,
Irreal.
Y su ausencia
Nadie más la podrá llenar.
Llama ya.
Lalalá.
Lalalá.
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